jueves, 27 de noviembre de 2008

Tejido epitelial


Es el tejido formado por una o varias capas de células yuxtapuestas que recubren todas las superficies libres del organismo, y constituyen el recubrimiento interno de las cavidades, órganos huecos, conductos del cuerpo y la piel y que también forman las mucosas y las glándulas. Los epitelios también forman el parénquima de muchos órganos, como el hígado.
Estas células provienen de tres hojas germinativas:


Del Ectodermo la mayor parte de la piel y cavidades naturales (ano, boca, fosas nasales).
Del Endodermo el epitelio de casi todo el tubo digestivo y el árbol respiratorio, también el hígado y páncreas.
Del Mesodermo todo el epitelio restante como en el riñón y órganos reproductores.



Las características que sobresalen en estos tejidos son:


Cohesión celular: El epitelio constituye un conjunto de células muy unidas entre sí, gracias a uniones intercelulares que son:
Uniones celulares: Tienen una función mecánica y de transmisión de las fuerzas generadas por las de manifiesto en las preparaciones mediante nitrato de plata. Esta delgada capa de glicoproteínas que generalmente reviste las células epiteliales recibe el nombre de glucocalix. Se admite que estas glicoproteínas participan en los procesos celulares de pinocitosis, de adhesión entre las células, en fenómenos de caracterización inmunológica y en otros procesos vitales.
Presencia de lámina basal: Los epitelios están sujetos a una membrana basal o lámina basal, que tapizan en toda su longitud y las separa del tejido conectivo. Tiene un espesor entre 50 a 80 nanómetros. Está formada por una asociación de colágeno tipo IV con glucoproteínas. No es visible ni tampoco visible al microscopio óptico.
Tejido avascular: El epitelio no posee vasos sanguíneos, por lo que no tiene riego sanguíneo propio. El metabolismo depende de la difusión de oxígeno y metabolitos procedentes de los vasos sanguíneos del tejido conectivo de sostén, que está por debajo de la membrana basal.
Polarización: Las células epiteliales están polarizadas en la mayoría de los casos, es decir, tienen: Un polo luminal o apical cuya superficie está en contacto con el exterior del cuerpo o con la luz del conducto o cavidad.




Microvellosidades: Son expansiones citoplasmáticas cilíndricas limitadas por la unidad de membrana cuya principal función es aumentar la superficie de absorción.
Estereocilias: Son microvellosidades largas que se agrupan en forma de manojos piriformes. Son inmóviles, estarían relacionados con la absorción y transporte de líquidos. Se ubican en el epitelio del epidídimo o plexos coroideos.
Cilios: Formaciones celulares alargadas dotadas de movimiento pendular u ondulante. Son más largas que las microvellosidades.
Flagelos: Su estructura es semejante a la de una cilia aunque de longitud mayor.
Un polo o basal cuya superficie está en contacto y paralela a la lámina basal sobre la que se apoya la célula.


Invaginaciones: Son repliegues de la membrana más o menos profundos que compartamentalizan el citoplasma basal.
Hemidesmosomas: Son desmosomas monocelulares que posibilitan la unión del epitelio a la lámina basal.
Regeneración: Los epitelios están en continua regeneración:




Los epitelios son los primeros tejidos que aparecen en la ontogenia, pudiendo derivar de cualquiera de las tres hojas o capas celulares que constituyen el embrión: mesodermo, ectodermo o endodermo. Los epitelios derivados del mesodermo que revisten las cavidades celómicas (cavidades pulmonares, cavidad cardíaca y abdomen) se llaman mesotelios y los que tapizan los vasos sanguíneos: endotelios.
Todas las sustancias que ingresan o se expulsan del organismo deben atravesar un epitelio.
La mayoría de los tumores malignos se originan en los epitelios y se denominan carcinomas.

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